Pescanova renueva su imagen por primera vez en su historia

Pescanova es una empresa pesquera española con sede en Vigo (Galicia) que actualmente opera en 24 países, con más de 12.345 empleados, siendo la quinta empresa pesquera de Europa y estando entre los 10 primeros grupos a nivel mundial en este sector. El pasado jueves, la empresa anunciaba su primer gran cambio de imagen corporativa en sus casi 60 años de historia. 

Según el consejero delegado de la compañía “ha llegado la hora de cambiar, de dar un paso hacia el futuro, de renovarse para adaptarse a las nuevas tendencias del mercado y transmitir una estética más dinámica, sin perder nuestra esencia. Sin duda, con este cambio rejuvenecemos no solo nuestra cara más visible, sino también nuestras ganas, pasión y fuerza».

Antes

Después

Según la nota de prensa correspondiente, «la compañía busca que su identidad sea un reflejo de la nueva estrategia en la que se encuentra inmersa el Grupo y que se centra, entre otros aspectos, en una firme apuesta por vender bajo la marca Pescanova y por la innovación para afrontar el lanzamiento de nuevos productos y formatos enfocados a las nuevas tendencias de consumo». La marca utilizará el claim “No perdamos la frescura”, sustituyéndolo por el clásico «Lo bueno sale bien».

Aunque por ahora solo hemos conocido el diseño del paquete de ‘lomos de merluza’ como ejemplo, la nueva imagen se introducirá progresivamente en los próximos meses en todos sus productos a nivel mundial. 

Antes

Después

Pero la marca no solo ha cambiado a nivel comercial, sino que también se ha modificado la imagen del Grupo Nueva Pescanova como corporación. 

Se apuesta aquí por simplificar e iconizar los elementos recargados del antiguo logo, como el pez, que ahora aparece dibujado sutilmente gracias al ojal de la letra P y a un pequeño triangulito que hace de cola. La referencia al anzuelo desaparece. 

Antes

Después

Conclusiones

Se trata de un rediseño muy continuista en el que, a grandes rasgos, se mantienen los elementos de marca (colores azul y rojo, tipografías mayúsculas…). Sin embargo, sí que se percibe una modernización notable de los códigos, que están más alineados con un estilo contemporáneo y que por tanto permitirán a la compañía potenciar con más credibilidad los valores de innovación y frescura que quiere abanderar. Gráficamente, es un trabajo discreto, pero eficaz. 

El proyecto flojea en la parte corporativa, donde se ha creado un símbolo muy débil, con muchos elementos que además son incongruentes entre sí (serifa solo en el asta descendente, esquinas redondeadas sólo en la forma interior…). Tampoco tienen mucho sentido –ni le favorecen demasiado– las «A» personalizadas que han introducido en la palabra Pescanova. 

En cualquier caso, creo que hubiera sido mucho más oportuno elminar completamente el símbolo y dar mucho más protagonismo a la palabra Pescanova, que ya resuena con la suficiente fuerza gracias al buen posicionamiento de la marca comercial.