Un monograma transformado en un sistema modular y flexible. Así es la nueva marca de la Universidad Europea

La Universidad Europea (UE) es en una de las universidades privadas de referencia en España. ​Desde 1995 hasta hoy, la institución ha sufrido una evolución con una imagen difusa de la marca. Por ejemplo, hasta 2012 era reconocida como Universidad Europea de Madrid.

Tras su expansión nacional, la marca simplificó su denominación y pasó a ser Universidad Europea para toda su red de universidades en España, que incluye diferentes ciudades: la Universidad Europea de Madrid, la Universidad Europea de Valencia y la Universidad Europea de Canarias, y también en Lisboa, Málaga. 

Este crecimiento más los cambios recientes en el mercado han provocado que la identidad y las fortalezas de la institución hayan quedado diluidas. Más aún en un sector en el que abunda la oferta. 

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En este contexto, la gran competencia entre universidades y el desconocimiento por parte de los usuarios, han determinado las bases de la nueva estrategia de marca. ¿Cómo aterrizar todo visualmente? Veamos. 

Identidad visual  

En términos de identidad visual, la Universidad Europea había evolucionado poco desde sus orígenes y se basaba casi exclusivamente en un logotipo y un color. La nueva identidad no rompe con lo construido anteriormente, pero sí aporta consistencia y cohesión.

La solución adoptada por Saffron mantiene los elementos más icónicos y fundamentales de la marca. Es a partir de ahí, donde el equipo ha desarrollado un sistema visual que amplifica los valores arraigados a estos elementos.

Matt Atchison, director creativo de Saffron, explica: «Partiendo del elemento más icónico, el cuadrado rojo, desarrollamos una cuadrícula modular y flexible. Esta flexibilidad permite varias aplicaciones y formatos que permiten a la universidad comunicarse en diferentes tonos y para diferentes audiencias. 

El logotipo, como apartado importante de la identidad, ha sido adaptado de acuerdo a «la evolución de la universidad, por eso el monograma ahora es más digital y funcional», recalca Atchison. 

Adiós a los rasgos caligráficos
La caligrafía del monograma original pesaba sobre la marca. «Era vital relanzar el logotipo a una nueva vida», comentan desde Saffron. 

Para no perder el reconocimiento, el cuadrado rojo sigue presente. Y sobre este elemento queda asentada la unión entre la U y la E, pero con unas formas más neutras, también en minúscula. Como vínculo con el logo anterior, la inclinación en la E, tan característica era en el diseño anterior, permanece.

Una cuadrícula con variables infinitas 

Los elementos centrales de la marca quedan relanzados para construir un lenguaje visual propio, más moldeable y convincente. Además, al tener presente la amplia variedad de logotipos en su arquitectura de marca y la variedad de audiencias, el nuevo sistema aporta una estabilidad y coherencia, de la que antes carecía la marca.

La idea de una cuadrícula mutante conecta fácilmente el mundo digital y el analógico y da lugar a un sinfín de posibilidades. Resuelve tanto en formato estático o en movimiento. 

Fotografía, tipografía y colores se combinan con la retícula de manera modular, ofreciendo un sistema flexible y fácil de combinar.

Expresividad a través de la retícula

El elemento grid se convierte en un vehículo tan potente que se convierte en la punta de lanza de toda la identidad visual. Por sí mismo, sostiene todo el peso del reconocimiento y la expresividad. 

Dentro de los espacios de la universidad donde ya no es necesario el uso repetitivo del logotipo, la retícula conquista el espacio. Este elemento adopta diferentes formas y usos, y de esta manera permite modular el nivel de visibilidad. 

Una marca con presencia constante entre los estudiantes
El hecho de disponer de una herramienta de diseño tan versátil ofrece mayor oportunidad de contacto con el público. Por ejemplo, permite crear infinidad de artículos de uso diario para los estudiantes, desde fundas para portátiles hasta gorras, bolsos, camisetas o mascarillas sanitarias. 

La nueva identidad visual de la Universidad Europea se ha relanzado hacia un nuevo futuro más competitivo, cargado de herramientas expresivas más potentes que no dejarán indiferentes a los profesionales del futuro. 

La nueva marca mantiene el vínculo con su pasado con una identidad bastante neutra, sin estridencias ni nada rompedor en el logotipo (a excepción de la nueva tipografía). Sin embargo, la marca gana en expresividad a través de los elementos del nuevo sistema de diseño. Quizás, porque como vemos más habitualmente, lo más relevante aquí no es el logo, sino construir una identidad sólida, unificada y coherente. Algo que consigue mediante un sistema de diseño potente y flexible. Una herramienta que permite mirar más allá del logo y el color. Con unos elementos funcionales, adaptables según la complejidad y la amplitud de las diferentes audiencias.