La controvertida historia del logo que celebra los 150 años de Canadá

El símbolo creado por Ariana presenta una serie de formas de diamante dispuestas en la forma de una hoja de arce, símbolo oficial del país norteamericano, sin muchas más justificaciones. Según Ariana, “simplemente quería hacer algo sencillo”.  

Dinero, esfuerzo y tiempo malgastados debido a una pésima gestión por parte de este gobierno. Canadá demuestra así que no da ningún valor a los profesionales del diseño de su país y que en vez de confiar en estos, prefiere explotar a estudiantes a cambio de tentadoras promesas de fama.
Me alegro mucho por Ariana, que sin duda conseguirá mucha proyección como profesional del diseño gráfico, pero es importante no perder de vista a los otros 300 diseñadores que no han recibido ni un solo céntimo por su trabajo.

El logotipo resultante podía ser peor, al menos es sencillo y funcional, a diferencia de las primeras propuestas presentadas. Personalmente creo que emplea una tendencia demasiado manida como son los polígonos coloristas, y también creo que debería haberse marcado una mayor diferenciación con respecto al logotipo del centenario, pero sea como sea, la verdadera tragedia no es el diseño final, sino que éste surge de un proceso engorroso, caro, e irrespetuoso.

En 2017, Canadá celebrará su 150 cumpleaños y para ello, ha presentado un logotipo que pretende convertirse en el símbolo oficial de este significativo aniversario, invitando a los ciudadanos a involucrarse y participar en las distintas actividades que tendrán lugar con motivo de esta celebración.

Ha sido un proceso largo y controvertido, que ha durado casi dos años, pero intentaré resumirlo de forma muy breve.
Fue en primavera de 2013 cuando el gobierno canadiense decidió que necesitaba un logo conmemorativo para su 150 cumpleaños y creó internamente varios conceptos de logotipo para este fin (imagen inferior). Entonces se gastaron 40.000 dólares de los contribuyentes en llevar a cabo una serie de focus groups para ver cuál encajaba mejor, pero al hacer públicos estos diseños, la comunidad de diseñadores canadienses se echó las manos a la cabeza. Y no es para menos.

Primeras propuestas, creadas internamente por el Gobierno

Incluso se creó una web que recopilaba diseños profesionales alternativos (https://the150logo.ca/), para dejar claro que se podían hacer las cosas bien. En la imagen inferior puedes ver algunos de estos diseños alternativos creados como protesta.

Propuestas profesionales alternativas creadas como protesta

¿Qué pasó entonces? Que el gobierno decidió desechar los diseños que habían creado internamente para convocar un concurso entre estudiantes. Obviamente, esto volvió a levantar ampollas en la comunidad. Estudiantes y profesionales se revelaron ante este planteamiento e incluso crearon un hashtag: #MyTimeHasValue (mi tiempo tiene valor), que circuló intensamente durante varias semanas.

Estudiantes protestan por las condiciones del concurso

Finalmente, la semana pasada se desveló a la joven ganadora de este concurso, seleccionada entre casi 300 participantes. Se trataba de Ariana Cuvin, de 19 años, estudiante de la Universidad de Waterloo, en Ontario, que se llevó 5.000 dólares. Curiosamente, según sus propias palabras “se enteró del concurso dos días antes de la fecha límite de entrega”.

El símbolo creado por Ariana presenta una serie de formas de diamante dispuestas en la forma de una hoja de arce, símbolo oficial del país norteamericano, sin muchas más justificaciones. Según Ariana, “simplemente quería hacer algo sencillo”.  

Logo para el 100 aniversario

Logo para el 150 aniversario

El logo es ligeramente parecido al logo del centenario, presentado en 1967 y realizado por el diseñador Stuart Ash.

Distintas versiones del nuevo logo

Dinero, esfuerzo y tiempo malgastados debido a una pésima gestión por parte de este gobierno. Canadá demuestra así que no da ningún valor a los profesionales del diseño de su país y que en vez de confiar en estos, prefiere explotar a estudiantes a cambio de tentadoras promesas de fama.
Me alegro mucho por Ariana, que sin duda conseguirá mucha proyección como profesional del diseño gráfico, pero es importante no perder de vista a los otros 300 diseñadores que no han recibido ni un solo céntimo por su trabajo.

El logotipo resultante podía ser peor, al menos es sencillo y funcional, a diferencia de las primeras propuestas presentadas. Personalmente creo que emplea una tendencia demasiado manida como son los polígonos coloristas (muy frecuentes en competiciones deportivas y marcas territorio), y también creo que debería haberse marcado una mayor diferenciación con respecto al logotipo del centenario, pero sea como sea, la verdadera tragedia no es el diseño final, sino que éste surge de un proceso engorroso, caro, e irrespetuoso.