Johnson Banks diseña la marca de la ONG Mlinda
La consultora británica Johnson Banks ha estado trabajando durante dos años para esta nueva fundación medioambiental parisina llamada Mlinda. Esta organización, aunque acaba de nacer, se presenta al mundo con un objetivo ambicioso: cambiar la manera en la que producimos y consumimos.
Este es un breve resumen de la narrativa que desarrollaró Johnson Banks junto a Mlinda:
“Los recursos de La Tierra se están consumiendo tan rápido que a La Tierra no le da tiempo a regenerarlos.
Lo que consumimos y la manera en la que producimos está poniendo en peligro a nuestro planeta. La gente, o bien lo sabe pero no hace nada al respecto, o no se da cuenta de lo que realmente está pasando.
La mejor oportunidad para el cambio se da a dos niveles: cambiando el consumo mediante una transformación del comportamiento individual; y replanteando la producción a través de un cambio en los sistemas de las compañías e instituciones"
El nombre, Mlinda, significa algo así como cuidador, conservador o guardián en el idioma Suajili. En cuanto a la identidad visual, Johnson Banks ha desarrollado un sistema muy original que ilustra los conceptos de ‘reducción’ o ‘aumento’. Se trata de palabras que se van contrayendo o expandiendo, de letras múltiples a una sola letra, o viceversa. Si la palabra es negativa, las letras se irán reduciendo, pero si la palabra es positiva, ser irá engrandeciendo.
Las palabras negativas se reducen, las positivas se expanden
Basándose en esta propiedad, la consultora desarrolló todo un kit de letras con distintos grosores, de manera que podían componerse todo tipo de palabras y hacerlas crecer o decrecer en función a su significado.
En paralelo, se creó un banco de imágenes (tanto positivas como negativas) para combinarse con las palabras.
En los pictogramas e ilustraciones también se aprecia el estilo gráfico de trazos múltiples derivado del logotipo.
Un planteamiento curioso, original y poético, pero que a fin de cuentas no es más que un conjunto de letras vibrantes para el espectador, que nunca entenderá el verdadero sentido de este sistema gráfico. No obstante, la marca tiene bastante personalidad. Argumentaciones aparte, el sistema de letras múltiples genera una estética diferenciada y eso es importante si se quiere destacar como marca.