Esta es la campaña que ha llevado a una millennial a una victoria histórica en la política neoyorkina

Los neoyorkinos acaban de ser testigos de una histórica victoria en su ecosistema político. Una joven candidata de 28 años llamada Alexandria Ocasio-Cortez y de origen portorriqueño, ha vencido en las primarias del Partido Demócrata de Nueva York al Congreso de Estados Unidos frente a un líder histórico del partido, Joseph Crowley que lleva en el puesto 10 años. En 2019 ella podría ser la persona más joven de la historia del Congreso de EEUU.

Esta victoria es especialmente significativa ya que Alexandria puede presumir de haber participado con ninguna contribución de lobbies y con un escaso presupuesto de 300.000 dólares (18 veces menos que su oponente). Uno de los muchos factores que contribuyó a la victoria de Cortez ha sido, sin duda, lo bien diseñada que estaba su campaña. Un trabajo de branding espectacular llevado a cabo de forma altruista por la agencia americana Tandem.

La campaña, mostrada principalmente en carteles callejeros, su página web, y furgonetas, evita caer en clichés patrióticos (como banderas americanas) y presenta un retrato de Ocasio-Cortez recortado sobre un fondos de colores intensos, con el pelo recogido en un moño bajo y la mirada elevada. El cartel se completa con tipografías mayúsculas inclinadas y un logo potente que muestra su nombre dentro de un bocadillo de conversación.

Scott Starrett, director creativo de la agencia encargada de esta campaña, es amigo personal de Ocasio-Cortez, y es un diseñador políticamente comprometido que ha trabajado anteriormente con Brand New Congress y Justice Democrats, dos organizaciones políticas progresistas que han respaldado la campaña de Ocasio-Cortez. Según ha contado a la web Co.Design, “la campaña buscaba hablarle a una base de votantes y audiencia diferentes, y eso requirió un lenguaje visual diferente”.

Según leemos en Co.Design, “para diseñar la imagen de esta campaña, el equipo de Tandem analizó los movimientos populares revolucionarios del pasado, específicamente los movimientos encabezados por activistas de derechos civiles y laborales como Dolores Huerta y César Chávez. Estos movimientos utilizaban campañas visuales impactantes, a menudo hechas a mano y transmitiendo un sentido de urgencia cultural”.

Según cuenta en Co.Design María Arenas, directora de diseño del equipo, la fotografía de Ocasio-Cortez, tomada por el fotógrafo Jesse Korman, aportaba «la misma sensación de esperanza, la mirada hacia el futuro, al cambio positivo. Esa mirada, a su vez, nos inspiró para que el logotipo y la tipografía que se establecieran en un ángulo inclinado hacia arriba».

Hay otros detalles del cartel que envían un mensaje enfáticamente multicultural, como los mensajes bilingües y el uso de exclamaciones de apertura (algo que en inglés no se utiliza). Una muestra de las raíces de Ocasio-Cortez como una Bronxite de tercera generación, de clase trabajadora y con herencia puertorriqueña.

Conclusiones

En política no todo es hacer ruido a base de billetera. Quizás el caso más internacionalmente conocido sea el de Obama, con el que aprendimos que un buen diseño de campaña y una estrategia bien orquestada pueden ser armas fundamentales a la hora de inclinar determinadas balanzas.

El caso de Ocasio-Cortez no deja de ser otro ejemplo ejemplarizante de brading político, con una estrategia inteligente y una producción impecable. El resultado: histórico.

La marca de Ocasio-Cortez, a pesar de ser muy contemporánea en su ejecución, tiene una clara influencia retro muy interesante. Nos recuerda a la cartelería política del siglo pasado, incluso con un punto circense muy fresco.

Creo que la ausencia símbolos patrióticos e imágenes cliché es valiente y el resultado es muy renovador y le resta pretenciosidad al mensaje.

Un caso de éxito que esperemos que invite a más políticos a salir de esta zona de confort y apostar por lenguajes visuales más vanguardistas y valientes.